sábado, 25 de abril de 2009

A la memoria de los revolucionarios caídos


En 1996 Yolanda Colom realizo la narración para exponer un hecho insólito por lo inexplicable de su proceder. La tumba de Mario Payeras fue violada entre el 15 y 17 de octubre de ese mismo año en Chiapas y sus cenizas desaparecidas igual que la urna con los restos de Marco Antonio Yon Sosa, desparramados en el suelo por los violadores.
Colom narra todo esto en el folleto editado por Praxis cuyo director Carlos López contribuyera al homenaje realizado a Payeras, en la Sala Adamo Boari del Palacio de Belllas Artes de la ciudad de México (2005) en la precisión del valor literario y poético de la obra de Payeras.
El mausoleo violado protegía los restos de Yon Sosa, Fidel Raxcacoj Xitumul, mejor conocido como Socorro Sical, asesinado con el comandante de las FAR por el ejército mexicano en Chiapas. En otro de los puntos cardinales mayas que son cinco por el centro, está Enrique Cahueque Juárez. Ahí están, en Tuxtla Gutiérrez, los restos del periodista chiapaneco muerto en 1993, Gervasio Grajales quien pagó cajas, velación y lápidas donde se lee “murió por un ideal”, en las tumbas que durante años pagó en el cementerio donde aún está el mausoleo de los tres caídos en 1970 en territorio mexicano y de Mario Payeras Solares muerto en 1995.

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